El mármol, como elemento decorativo y ornamental, ha sido utilizado por la humanidad a lo largo de su historia. En la antigua Roma, era uno de los materiales preferidos para los ambientes y construcciones de la época.
El Mármol de Botticino es un material fácil de trabajar y, en ese entonces, era abundante en las canteras de Botticino, lo que abrió las posibilidades de que todas las clases sociales pudieran tener una notable tradición epigráfica (Nota: Epigrafía es una rama auxiliar de la historia que estudia las inscripciones hechas sobre superficies duras).
Epigrafía en Mármol: Lápida Funeraria de Prisco
Los bloques de mármol extraídos por los romanos eran colocados al lado de la zona de las canteras de Botticino, para luego ser cortados y transportados a los depósitos de las obras. Se sabe que alrededor de las canteras se desarrollaron urbanizaciones para los obreros y sus familias. Además se conoce que en los talleres locales se utilizaba el mármol de Boticcino para actividades artísticas junto a los edificios centrales de la ciudad de Roma.
La pieza trabajada más antigua de Mármol de Botticino, fue encontrada en la región de Brescia, en un capitel del siglo I a.C., exactamente en el período en donde se difundió el uso de esta piedra en los proyectos de reestructuración y edificación, confirmando la capacidad de producción local y la existencia de un mercado para la comercialización de este producto en bruto o acabado.
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